- María Enith Meza Castillejos forma parte de la plantilla de enfermería del Hospital Regional “Dr. Rafael Pascacio Gamboa”
Tuxtla Gutiérrez, Chiapas.- “Me enamoré de la profesión de enfermería desde que fui voluntaria”, asegura María Enith Meza Castillejos, quien lleva 47 años de servicio como enfermera adscrita a la Secretaría de Salud del estado, entregando toda una vida al Hospital Regional “Dr. Rafael Pascacio Gamboa”, con pasión y dedicación.
Originaria de la capital del estado, Meza Castillejos comenzó como voluntaria en el área de Enfermería de dicho nosocomio en agosto de 1974, a los 18 años de edad, posteriormente a los ocho meses de ser voluntaria fue contratada como auxiliar de enfermería. En 1980 decidió ingresar a la Escuela de Enfermería para profesionalizar su pasión y en 1986 recibió el título de Enfermera.
En el marco del Día Internacional de la Enfermería, que se celebra el 12 de mayo de cada año, el Hospital Regional “Dr. Rafael Pascacio Gamboa” rinde reconocimiento el arduo trabajo que realizan las y los enfermeros de la unidad hospitalaria y con mayor énfasis en aquellas que han dado su tiempo, cariño y trabajo por más de 40 años de servicio a la población chiapaneca.
Actualmente el nosocomio tiene una plantilla de 400 enfermeras y alrededor de 25 enfermeros, por lo que la atención y el servicio de Enfermería destaca principalmente por personal femenino.
Meza Castillejos dijo que desde años atrás la vocación, pasión, entrega y cuidado se les atribuye a las mujeres por su naturaleza, al ser madres, amorosas y sobre todo empáticas en situaciones de dolor y sufrimiento.
Así mismo, recordó que los principios de la enfermería en el mundo se deben a las monjas, quienes eran mujeres dadivosas que cuidaban a las personas enfermas a pie de cama en situaciones de enfermedad y desastre, por lo que con el paso del tiempo las mujeres eran requeridas para realizar los cuidados a enfermos o heridos de desastres o guerras.
Finalmente, exhortó a las nuevas generaciones que desean estudiar enfermería a que lo hagan por vocación y pasión, y no únicamente como una opción por no haber ingresado a otra rama de la medicina, que trabajen con empatía y mucho cariño para brindar un trato digno a todo aquel que sufre, tanto paciente como familiar, tal y como lo rige la institución de Salud estatal.